Tuesday, April 22, 2008

Ecos de Blues en Ciudad Grande


A Modesto, a Ataraxia


Esta ciudad me devora, impaciente, desgajándome.
Cronometro en mano examino sus rincones,
su lastimada pared del miedo, su luminosidad traidora.
Cerca de las doce, por la bahía,
donde se reúnen los fantasmas en santa cofradía
a relatar fúnebres desaliños;
Bessie Smith se escucha en el eco de un susurro,
propio no para extraños ni profanos
sino para aquellos que hacen del soliloquio
una reverente práctica de ensoñación sus padeceres.
Es su Blues la reverberación del olvido inmutable,
la luz que se consume en un tajo de sombra
el lamento que dibuja el rostro de una alborada.
También yo escucho el Blues y fumo un cigarro,
ambos se acomodan a mi costado,
mientras mi delirio
austero por antonomasia,
navega en el desliz de una lágrima aventurera.
La ciudad desnuda de bullicio.
Un sobresalto estalla en la oscuridad silenciosa,
retumba en los laberintos sin cal de mis secretos.
Alguien me toca el hombro por atrás.
Algunas preguntas.
Es el vacilar en la inmensidad de un segundo.
Donde caben todas las posibilidades,
reflexiones e irreflexiones,
donde el trazo inconsciente
es el sitio preferido del universo.
Preguntas que se congelan entre el silencio y el miedo.
El tratar de correr en vano.
Recordar el color de las violetas,
El purple haze del Jimy Hendrix.
Creo que es el fin del delirio
del viaje siempre inconcluso.
Mientras escucho al mar y la Bessie Smith cantar a capela
el verdadero, el eterno Blues.
Reuniendo todas mis fuerzas
abro los ojos, me aferro a tu recuerdo.
Entre ambos, por un acuerdo legendariamente esperado,
diseñamos un rompe cabezas,
que mantenga entretenida la mirada destellante
de eso que intenta ser y es solo emanación de un espejo.
En la plenitud de la victoria indiferente
nos abrazamos y devoramos mutuamente con la bruma.
Mientras nos alcanza la historia
que es también hermana de las sombras.
El Blues continua

3 comments:

Modesto Herrera said...

Excelente caray; leo y releo, no me canso de leer y lo convierto en diálogo del humo frente al espejo y me transporto a una ciudad mas grande que la mía, en ella habitan los bluseros principalmente y los chamanes de la música y las damas perdidas el ruido de una bota al caminar por el océano cuando sus aguas son notas musicales, doremisoles o soles dormidos en el vaivén de las estrellas de humo, luz que se difracta en la parte en que se dobla el universo...Un abrazo y gracias. Es un placer leerte.

Modesto Herrera said...

Leo nuevamente tu poema, a otras horas que no son las precisas para leer poesía (¿hay horas?) y sin embargo encuentro siempre el momento y la lectura me rebasa y leo y gozo y sigo leyendo y gozando un buen poema, un tanto melancólico, un tanto de aceptado, otro tanto con deseos de compartir y los momentos se hacen uno solo y el autor se calla entonces el lector que se encuentra detrás del espejo, contempla el poema en si mismo y viaja con el.

Blusero , me gustó el poema (se nota) no por habémelo dedicado en parte junto con Ataraxia, si no que su estructura es sólida, la armonía no se pierde y pintas a ¿San Diego? con un toque de lamento y de "susurros" en la música de fondo que posiblemente escuchas en otras partes que no son música ni blues y sin embargo están; son los ojos (el espejo dirían los zapotecos o sus primos)

Gracias!

Mina said...

Hola blus, gracias por la dedica, me lo dijo Modesto...realmente me parecen interesantes tus "intereses" espero podamos hablar con el msn...