Friday, June 20, 2008

El rojo revolotea con su aroma de muerte,

en los laberintos construidos con chaquira y plumas de quetzal.

Cansancio adusto para aminorar las caídas y moretones

que se siembran en sus cañadas y ríos, cesterías del viento en Toniná;

alvéolo pulmonar de la Lacandona que sueña y hace soñar

en el verde, el café, el amarillo y el blanco antes de empezar

la cuenta regresiva a la sexta y última profecía;

la que da cuenta de la profundidad del cielo y del ser.

¿Qué verdades se enquistan en tu mirada

que ve lo que no logro ver en tu mirar?

Del cielo brotan relámpagos, milpas celestiales

augurando en cada noche de luna escasa

los pormenores de la ausencia, de la sangre que se levanta

y camina como el Lázaro que perdió la ruta

pero no la dirección del sur.

Del usted al tú, cansancio atemperado por los equípales

del destierro ante el embate del miedo, partitura

que leen las estrellas bajo la danza de las pen pen

volando trémulas entre los colores y vericuetos de la derrota.

Abrevadero de los tiempos y calendarios

para seguir la ruta de las pléyades en el cielo

que conducen a un capitulo inexistente, pero de todos sabido

y esperado del Chilam Balám.

¿Qué me dice tu mirada que ocultan los libros de una

rígida e impersonal historia que se pasea en las catacumbas

de la reexpides?

Es tu mirada simple la que ve no parte alejada de mí,

sino la parte que se hermana a ti, la parte doliente,

la parte que sangra en adagios

y escalas cromáticas en las fisuras del aire,

la parte que nos encuentra en algún recoveco

del tobogán celestial,

la que se armoniza y repite con una flauta de carrizo

y un tambor que bate el colibrí atento al porvenir.

La marimba se hermana con el Yolotl

y con el nombre Marimbá.

Nacimiento en otro lado del mar:

El Congo, Angola o Senegal;

Salpicando penas, dolores que colorean una lluvia boreal.

De la profecía y exilio de los tiempos,

el cristo negro que emigró de la selva a otros dolores, a otras fronteras

para amalgamarse entre cantos nocturnos, Candombes y

batucadas en el crucigrama del destierro.

Sauré Sumbi de Palmares.

Tu canto baja del Quilombo a las florestas del más allá,

para buena ventura de los cielos y constelaciones

al ritmo de Ganga Sumba

el que avienta las redes para atrapar las estrellas

que se lavan la cara en la mar.

¿Qué ve tu mirada

que no logro recordar?

1 comment:

Modesto Herrera said...

Excelente hermano! me hiciste recorrer con tristeza pero con esperanza, y magia todo mesoamérica